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“ LAS METÁFORAS y su efecto transformador durante el proceso de Coaching”

“Las metáforas quizás sean una de las potencialidades más fructíferas del hombre. Su eficacia raya en lo mágico, y parece una herramienta para la creación que Dios olvidó dentro de una de sus criaturas cuando la creó”. JOSÉ ORTEGA Y GASSET

Una de las cosas que en su día que más me sorprendió dentro de mi actividad como terapeuta y coach, fue descubrir el poder de transformación y penetración que tienen las metáforas y los cuentos. Se a podido comprobar, cómo después de haber transcurrido varios años desde que se la relatara a un cliente, éste la mantenía tan fresca en su memoria como el primer día. Incluso, muchos de ellos me decían que esa historia que en su día les narré, era para ellos como una guía o referencia permanente a lo largo de su vida.

Las metáforas pueden cambiar en un instante la vida de cualquier persona, incluso la tuya desde el mismo momento que accedas a que éstas trabajen para ti. De igual modo que permitimos que un avión nos transporte suavemente por los aires, cualquier individuo puede elevarse muy por encima de sus preocupaciones presentes.

Este tipo de narraciones destinadas a ayudar a la persona que emprenda un proceso de desarrollo superior, conducen a un estado que la mayoría de la gente nunca pudo soñar, donde el fracaso y la adversidad no existen.

Tal vez te preguntes:

¿Cómo algo tan sencillo puede conducir a ese estado de vida superior?

Los cuentos y metáforas penetran o de desarrollan en la mente en forma de imágenes que perduran en el tiempo. Una vez instalada, esta imagen o película actúa por sí misma. La visualización metafórica se transforma en un potente generador que canaliza nuestras capacidades, emociones y conductas en la dirección deseada. No existe vehículo de transmisión más eficaz y duradero que éste del que hablamos. A cualquiera de nosotros le resulta más sencillo recordar un cuento de los que le narraban en su infancia, que algo de lo aprendido por otro medio en el parvulario. Y por supuesto, a todos nosotros, habiendo mantenido tantísimos años en nuestro recuerdo esas historias, ¿acaso crees que no nos han afectado de algún modo? Pues sí, las imágenes condicionen el pensamiento, y éste a su vez, poco a poco, van modelando tu personalidad. Estas narraciones están construidas y se cuentan con la intención de transmitir un nuevo punto de vista, procurando que el oyente se implique en el contenido estableciendo una relación consultiva y una búsqueda transderivacional que le facilite instrucción, enseñanza o cambio.

¿Por qué gustan tanto los cuentos a los niños, y a los no tan niños?

Porque se asocian a los personajes y viviendo la historia como si fueran los protagonistas. El lenguaje, el contexto, la trama, todo ello penetra subliminalmente en el oyente, y en consecuencia, no puede ser manipulada ni bloqueada racionalmente. Es importante señalar que existen diferentes niveles de cuentos, historias y metáforas, no todos los relatos son del mismo tipo, ni cumplen el mismo cometido, ni llegan a los mismos planos de profundidad en el ser. Los hay para entretenimiento, sin mayor pretensión que divertir y distraer al lector u oyente durante un rato, los hay moralizantes cuyo fin es la transmisión de algún consejo, los hay terapéuticos que facilitan reencuadres y nuevas alternativas de pensamiento. Y por último, se encuentran los cuentos, historial y materiales superiores de enseñanza que cumplen varias funciones y en diferentes niveles de consciencia. Cuando un terapeuta, un profesor, un padre o un directivo de empresa, decide utilizar un cuento o una metáfora para instruir a su paciente, alumno, hijo o empleado, está llevando a cabo una labor de múltiples efectos. Por un lado facilita un reencuadre, un nuevo marco de referencia para que el sujeto afronte de manera creativa su problema. Por otro frente está desplegando su propia capacidad inventiva, además, deja una huella “literaria” –de mayor o menor calidad, eso importa poco–, también crea interés por este tipo de transmisión, y por último, siembra una semilla que se irá desarrollando a medida que su oyente encuentre sentidos ocultos en el mensaje.

Pero las metáforas no se limitan al campo literario o narrativo, a lo largo de nuestra existencia hemos ido construyendo imágenes subconscientes de nuestras capacidades, habilidades, recursos, y actitudes frente a los acontecimientos, que hemos transformado en mensajes metafóricos permanentes. Como en los sueños, todos y cada uno de nosotros posee un amplio surtido de metáforas que se repite casi a diario, y que condicionan la mente y en consecuencia el comportamiento —para bien o para mal— en la dirección en la que se mueve la alegoría. Bastaría con que nos diésemos cuenta de la metáforas que usamos en nuestras conversaciones e incluso las que pensamos aunque no las digamos. Si quieres que tu vida cobre una dimensión diferente, que tome un rumbo nuevo, que alcance cumbres más elevadas, obsérvalas, valóralas, y sustituye aquellas que te impidan el avance.

Así por ejemplo, expresiones metafóricas limitadoras, negativas, y que sumen a la persona en un estado próximo a la depresión y al bloqueo, serían:

Me encuentro en un callejón sin salida.

La vida es un infierno.

Mi relación de pareja es una tormenta.

El trabajo se me hace cuesta arriba.

Vivo en la más tenebrosa de las noches.

Estoy como encerrado en una botella.

Soy como un náufrago en una isla desierta.

Estoy más solo que la una.

Enunciados potenciadores y positivos que generaría estados de estimulación y motivación, serían frases como:

Mi horizonte no tiene límite.

Mi meta es la cumbre.

Mi relación es una eterna primavera.

El trabajo es un baúl de sorpresas y fortunas.

Las tinieblas son el preámbulo de un nuevo día.

Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.

Estoy radiante como el amanecer.

Vivo como un explorador en busca de tesoros escondidos.

En cada esquina puede haber una llave.

¿Qué frases de este tipo son las que tú usas con mayor frecuencia?

Ahora te propongo un ejercicio altamente beneficioso.

Haz una lista de las metáforas que usas buscando aquello con lo que comparas diferentes aspectos de tu vida.

Por ejemplo: el propio cuerpo, la familia, el trabajo, etc.

Para ello pregúntate: ¿mi cuerpo es como…?, o, ¿la familia es como…? Anota todo lo que se te ocurra.

Cuando lo hayas hecho repásalas y compruébalas, si las alegorías son negativas busca otra forma de expresar lo mismo pero que sea positiva, e incluso hermoso.

Recuerda que las metáforas actúan como modificadores del pensamiento, y éstos son la base de los estados internos y emociones, que a su vez son el combustible de las acciones.

Muchas personas me preguntan a menudo:

¿Y en cuanto tiempo se pueden notar los efectos del cambio?

Bien, puedo decir, que el inicio de la transformación comienza en el mismo momento que decidas poner en práctica el método, incluso podrás observar ciertos avances de inmediato.

Imagina una semilla que es depositada en una tierra fértil.

Se la entierra debidamente y se le riega; poco a poco su germen comienza a agitarse y a crecer dentro de la corteza hasta que al fin la rompe e inicia un proceso de desarrollo, por una parte las pequeñas raicillas y por otra, en dirección al calor y la luz, un tierno tallo.

A los pocos días, el tallo es capaz de rasgar la corteza de la tierra y surge a la superficie. Las rices por su lado crecen y siguen suministrando nutrientes al futuro árbol.

Al poco el tallo ya se ha desarrollado y comienza a manifestar su apariencia de joven árbol, ya tiene su tronquito, ramitas, hojas tiernas, brotes y cada vez se encuentra más asentado sobre sus raíces que prosiguen su oculta labor de expansión y nutrición. Casi sin darnos cuenta, en unos cuantos meses el árbol ya es adulto dotado de todos sus atributos y dones, ofreciendo aquello para lo que la Naturaleza lo ha creado.

Amigos desarrollaremos más profundamente el tema de las metáforas, durante la Formación de Coaching Gestalt, espero que les haya gustado el artículo.

Bibliografía:

·         Rosen, S. (1986) Mi voz irá contigo. Los cuentos didácticos de Milton H. Erickson. Paidós, B. Aires

·         Watzlawick, P.; Weakland, J. y Fisch, R. (1976) Cambio. Formación y solución de problemas humanos . Herder,

·         Dufour Michel(1993)Cuentos para crecer y curar, editorial Siro.

·         Yalom, I. (2002): El don de la terapia. Ed. Emecé. Bs As.

·         Yalom y Vinogradov. Guía breve de psicoterapia de grupo”  de Ed. Paidós

·         Lakoff y Johnson. Metáforas de la vida Cotidiana. 1980. CATEDRA. España.

Alexander Valencia Cano

Coach Gestalt

Consultor

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correo: coachingygestalt@gmail.com

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